martes, abril 04, 2006

Lenders, Warner y el ojo del tigre

En el año 91 me entró la fiebre de la visera y el chándal. Emitían por primera vez “Campeones” (Capitán Tsubasa en original, “Oliver y Benji” en subtítulos) y descubrí un mundo donde los futbolistas eran lo más parecido a una adaptación de superhéroes que yo había visto hasta entonces.
Supongo que ahí estaba la clave: todas esas exhibiciones gimnásticas imposibles en torno al balón -mientras intercambiaban diálogos retándose- era la perfecta traslación de los tebeos Marvel a la animación. Lo que a otros les espantaba a mí me fascinaba.
Siempre me ha aburrido ver un partido de fútbol. El espectáculo es mínimo, la épica escasa. Por eso mi interés por él fue disminuyendo a medida que esos héroes modernos, esos gladiadores cono Hierro, como Santillana, fueron desapareciendo.
Por eso descubrir que de un partido de fútbol podía extraerse batallas sin treguas, esfuerzos sobrehumanos fue balsámico…¡y sin hablar de fichajes multimillonarios y corruptelas varias! (fíjense que sus protagonistas son juveniles… y el único jugador adulto, Roberto, es un alcoholizado atormentado: parecen tener muy claro que había que apostar por suspender la credulidad).
Oliver Atom era un moderno Clark Kent que, él solito, conseguía hacer buenos a todos sus compañeros (¿como Maradona, siempre en equipos flojillos?). De hecho, en la segunda temporada, le despojan de sus compañeros Price y Becker para así hacer las contiendas más equilibradas… Risueño, optimista y tenaz era el héroe perfecto.
Benjamín Price era el contrapunto altivo. El portero que jugaba lesionado para justificar que le marcaran un gol de vez en cuando. Un tanto repelente, parecía basarse en N’Knono, ya que nunca le veríamos sus preciosas piernas.
Tom Becker era el otro lado del tridente fabuloso. Un derroche de virtudes. Tantas bondades destilaba que tuvieron que exiliarle pronto.
En el equipo del New team el resto de jugadores eran comparsas más o menos cómicos que tocaban balón de cuando en cuando para recordarnos que el fútbol es un deporte de equipo.
Sí, ya sé que algunos me dirán “la animación es pobre”, “el campo medía 110 kilómetros y los partidos se alargaban durante veinte episodios”… Ah, pero olvidan que ahí estaba precisamente el mérito: ¡con cuatro dibujos los directores hacían un capítulo trepidante!. ¿Cómo? Con una muy hábil utilización de la música (esas guitarras setenteras a toda pastilla!), las voces en off (ese invisible narrador) y un extraordinario uso del montaje.
Todo era legendario: empezar perdiendo, jugar lesionados, las tácticas sacadas de manuales militares para frenar a Atom (venga, que alguien iguale la Catapulta Infernal de los Derrick..). Y siempre el héroe al final en su camino a la gloria. Sí, alentaba la competitividad, sí, establecía una clara dicotomía buenos-malos, sí, no era políticamente correcta para que la vieran niños. ¡Pero es que creo que si hubiera sido un niño cuando la ví no me hubiera enganchado así!.¡Organizaba partidos de fútbol con mis amigos sólo para jugar de portero y subir a rematar constantemente! (para desespero de mis compañeros, claro). Ay, veo a Casillas hacer eso y me sigo emocionando…
Aunque había un elemento que entonces me pasaba desapercibido y ahora comprendo perfectamente: “Campeones” era un documento sobre la lucha de clases. El enemigo a batir, el Muppet, era el equipo de barrio (el de Atom se asentaba en un bonito barrio residencial: ¡Benji vivía en un palacio, por Dios!). Un equipo de hijos de pescadores, de gente humilde que sacrificaba muchas cosas para jugar al fútbol. Que querían triunfar para sacar a sus famílias de la miseria. Liderados por el rebelde Marc Lenders, el hombre de la camiseta arremangada, el Muppet contaba con todas mis simpatías. De hecho, ni siquiera dominaban la técnica (clara alegoría de que los medios de producción eran de los ricos): Lenders y los suyos funcionaban a base de coraje y empuje. Chavales de pelo largo, flequillos que les hacían imposible ver el campo, espigados como buenos heavies… y que contaban con el más carismático portero de la historia, Ed Warner, el karateca que odiaba estar bajo los palos de su portería.
Transformar a este equipo proletariado en los “malos” hacía que la chiquillería odiara a Atom y compañía, por representar a los pijos pulidos y que van al cole en el coche de papá.
Por eso “Campeones” ha hecho muucho bien por la conciencia de lucha colectiva. Yo soy fan de Lenders y Warner, los Brando del fútbol. Pensar que aún hay quien idolatra a los Beckham y Guti, a los Valdés y Torres de turno teniendo a los chicos de pelo largo enfrente os ha de hacer sospechar de qué palo van estos groupies de lo insustancial.
Los chicos pobres saben que la vida es una batalla. Golean con el tiro del tigre y se apoyan en los palos del poste para tomar impulso a la hora de bloquear el balón. Lenders es, pues, el ídolo de los suburbios. El heredero de aquél Balboa que entrenaba a los sones de Survivor.

8 Comments:

At 6:08 a. m., Blogger Xavier Cristóbal said...

Hola. Yo nunca he sido fan de "Campeones" pero me ha gustado lo de que Oliver Atom es como un moderno Clark Kent. La peli que es buena es la del director de Kunf FU sion sobre fútbol... que ahora no recuerdo el título. Es como Campeones y Bola de Drac. BUeno, lo dicho...... GOOOOOOOLLLL!!!!

 
At 7:07 a. m., Blogger OmegaMen said...

Hablas de "SHAOLIN SOCCER", obra maestra -POM- del cine friki-artes-marciales. Y con mucho sentido del humor, por cierto. Sí, esa es la traslación de "Campeones" a la imagen real. Y fabulosa.

 
At 7:51 a. m., Blogger Xavier Cristóbal said...

Tienes mejor memoria que yo... A esa me refería y sí, yo también creo que es fabulosa... Por cierto ¿Tú leíste los cómics de Eric Castel? Empezó siendo un jugador del Barça y luego creo que lo pasaron al París Saint Germain. Si te gustó SHaolin Soccer dale una oportunidad a "Kung Fu Sion". Es una mezcla de cine de gangsters y BOla de Drac.

 
At 9:19 a. m., Blogger OmegaMen said...

¡Claro que me acuerdo de Eric Castel!. Pues de hecho fichó por el PSG por un problema de derechos y discrepancias autores-Barça. Ah, estos directivos.. desconocen el poder propagandístico del comic. De línea clara muy efectiva, por cierto. Estaba siempre rodeado de chavalines a los que casi "adoptaba" y me hacía mucha gracia el "mister" bigotudo (que creo se anticipaba en unos años a Van Gaal en algunos aspectos).
"Kung Fu Sion" la tengo en rutilante DVD ¡que no he visto!.
Antes, claro, veremos "V".

 
At 7:56 a. m., Anonymous Anónimo said...

Héroes... Esta serie demuestra, que “uno cualquiera” puede llegar a ser un héroe. Hoy (como cada día, pero especialmente hoy) me he acordado de mi héroe favorito. Un héroe anónimo, como dice la canción. Un héroe que no ha sido creado por nadie, se forjó a él mismo. Un héroe que tuvo una infancia dura, con la pérdida de un hermano y la emigración. Un héroe, que cuando las cosas empezaban a encaminarse lo pilló la guerra (un año mayor que la quinta del biberón) y que después de la guerra, hizo la mili. Un héroe que aprendió sin ir a la escuela. Un héroe que trabajó duro y formó una familia. Un héroe ya fallecido, pero no caído en el olvido. Este héroe es mi abuelo.
Desde pequeño he idolatrado a mi abuelo. No por sus superpoderes (que tenia) si no por sus virtudes. Era un Oliver, que hacia que todo el mundo fuera bueno. Era un Lenders, inconformado y de clase obrera. Un hombre que de todo hacia una aventura y un momento feliz. Un hombre querido y amado por todos, por la familia, los amigos, los vecinos... Un abuelo, que muchos de mis amigos me envidiaban y querían uno como él.
Los comics, viven pq la gente los recuerda. El otro día oí en una película que estamos vivos pq alguien se acuerda y piensa en nosotros. Si es así, mi abuelo vivirá más que este mundo que se hunde poco a poco.

 
At 8:33 a. m., Blogger OmegaMen said...

Sí, Spinderman. Los héroes reales son, claro, los que nos enseñan a amar y hacen un poco mejor el entorno que nos rodea. Los héroes son tu abuelo, pero no es anónimo, tú lo has dicho.
Todos necesitamos héroes. Y a mí me gusta recrearme en los fictícios que simbolizan lo mejor de nosotros. Pero sé perfectamente que suelen ser producto de la sublimación de los deseos de sus autores, suelen ser exaltaciones deformadas de lo real. Los problemas de Clark Kent, así, nunca pueden ser reales para nosotros cuando jamás lo podemos ver como un semejante. Son arquetipos de los antíguos héroes griegos y romanos. Símbolos.
Los héroes viven entre nosotros, como tu abuelo, que sí creo tuvo superpoderes. ¿Acaso no lo es conseguir que te recuerden con amor?.
Mis héroes son mis padres. A mis abuelos no les recuerdo.
Y también mi novia es mi héroe: lo será mientras lo más importante para ella sea ayudar a los demás y preocuparse siempre por ellos.
Yo no soy un héroe. Pero los reconozco.
Seguro que tu abuelo estará muy orgulloso de tí.
Un beso.

 
At 1:01 p. m., Anonymous Anónimo said...

ed tengo tengo tu secreto por que ere muy malo no sabe jugar condicciones quiero que esta en baquillo por que si o no me da lo que dice el problema oliver esta por sufriendo mucho se ha mareado ere un medica para eso para oliver es un campeon ed los mas importante de tu carrera quiero que hagaís la paz y lo digo en seriotu no sale con la suya ya lo sabe.
cristina espinilla que te ha dicho tu padre del partido de hoy eso no se mete con nadie como tu traidor no jugase gracias no han entrenado de nada
sabe marcar ni para el fisica de balón

 
At 12:29 p. m., Blogger PepeCh said...

Nunca he sido fan de esta serie, aunque admito que tiene todos los aspectos interesantes que tu has recalcado. Lamentablemente, para mi todo se anula al caer en el mismo pecado que muchas series de heroes que van por ahí tienen, el repetitivismo. Cada vez aparecen nuevos rivales a los que vencer cada vez más fuertes, a los que de una forma u otra hay que derrotar, y que terminan ahí no más o acaban como aliados del protagonista (Dragon Ball y Saint Seiya son un buen ejemplo de esto). Y así, cada episodio se reduce a veinte minutos de lo mismo.

 

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