Sobre futbolistas y héroes
El 1% de la población española controla el 20% de la riqueza total del país. Según la edición de “La Vanguardia” del domingo 23 Abril, ese 1% lo componen algunos empresarios, promotores inmobiliarios, banqueros… y los futbolistas de élite.
Cuando ayer millares de aficionados culés celebraban hasta altas horas de la noche el triunfo de su Barça pensaba en mi anterior post y en las pasiones de cada uno.
Pensaba en que un compañero de trabajo puede acudir hoy con una bufanda del club al que adora y es recibido con simpatía y felicitaciones mútuas. Pensaba que yo, en cambio, tendría que explicar ante el 99% de contemporáneos mi pasión por las figuritas limitadas.
Y lo tengo muy claro: entre el desprecio y prepotencia con que el multimillonario Etoo (que encima es tratado en algunos medios de solidario y ¡ejemplo!) trata a sus compañeros y aficionados y el Brian Bolland que en Gijón pasea tranquilamente por sus calles sin ser reconocido por nadie y acaba invitándote a un café, yo me quedo con el dibujante Bolland.
A mí, al menos, me ha hecho más feliz narrándome intensas historias. Y no me hace sentir tonto como casi todos esos futbolistas de los que nos hacen devorar notícias y ¡pobrecitos! los medios acaban reclamando a los clubs que les den vacaciones y descanso para que no se agoten. Y me siento tonto cuando la gente se pone en pie a aplaudirles cuando hacen una carrerilla.
Tonto porque no lo entiendo.
No sé si los que no comprenden porqué me apasionan las figuritas se sienten tontos por eso. Sospecho que no.
Yo, a estas alturas, ya no respeto el ¿trabajo? de esos futbolistas o “artistas” que hablan de sus “merecidas” vacaciones y obtienen el multitudinario reconocimiento y admiración. Los medios nos venden esas personas como referentes. Y así como despreciamos a todos los banqueros (que se aprovechan del trabajo de los demás), intentan hacer que admiremos a esos futbolistas que sólo piensan en lucrarse más trabajando menos.
Y el pobre aficionado creyendo que son sus modernos dioses.
Yo seguiré creyendo que me merece más respeto Bolland. Hace su trabajo y le pagan por ello. Y yo le admiro por darme sueños. Seguro que se los cree más que los otros “artistas”.
(en la foto, el Batman diseñado por Bolland y otro regalo de mi amor por mi cumple. Seguro que al escultor no le han aplaudido de pie cientos de miles de entregados adeptos al acabar su obra)
Cuando ayer millares de aficionados culés celebraban hasta altas horas de la noche el triunfo de su Barça pensaba en mi anterior post y en las pasiones de cada uno.
Pensaba en que un compañero de trabajo puede acudir hoy con una bufanda del club al que adora y es recibido con simpatía y felicitaciones mútuas. Pensaba que yo, en cambio, tendría que explicar ante el 99% de contemporáneos mi pasión por las figuritas limitadas.
Y lo tengo muy claro: entre el desprecio y prepotencia con que el multimillonario Etoo (que encima es tratado en algunos medios de solidario y ¡ejemplo!) trata a sus compañeros y aficionados y el Brian Bolland que en Gijón pasea tranquilamente por sus calles sin ser reconocido por nadie y acaba invitándote a un café, yo me quedo con el dibujante Bolland.
A mí, al menos, me ha hecho más feliz narrándome intensas historias. Y no me hace sentir tonto como casi todos esos futbolistas de los que nos hacen devorar notícias y ¡pobrecitos! los medios acaban reclamando a los clubs que les den vacaciones y descanso para que no se agoten. Y me siento tonto cuando la gente se pone en pie a aplaudirles cuando hacen una carrerilla.
Tonto porque no lo entiendo.
No sé si los que no comprenden porqué me apasionan las figuritas se sienten tontos por eso. Sospecho que no.
Yo, a estas alturas, ya no respeto el ¿trabajo? de esos futbolistas o “artistas” que hablan de sus “merecidas” vacaciones y obtienen el multitudinario reconocimiento y admiración. Los medios nos venden esas personas como referentes. Y así como despreciamos a todos los banqueros (que se aprovechan del trabajo de los demás), intentan hacer que admiremos a esos futbolistas que sólo piensan en lucrarse más trabajando menos.
Y el pobre aficionado creyendo que son sus modernos dioses.
Yo seguiré creyendo que me merece más respeto Bolland. Hace su trabajo y le pagan por ello. Y yo le admiro por darme sueños. Seguro que se los cree más que los otros “artistas”.
(en la foto, el Batman diseñado por Bolland y otro regalo de mi amor por mi cumple. Seguro que al escultor no le han aplaudido de pie cientos de miles de entregados adeptos al acabar su obra)